Por Adriel Bosch Cascaret
Fotos: Lorenzo Crespo Silveira
Tan distintas como la cultura misma, de acuerdo a las características de cada lugar suelen ser las artes culinarias. Por eso más allá de los típico, también se pueden encontrar innovaciones y aportes a recetas universales, que las hacen más cercanas a los gustos y tradiciones de quienes habitan lo mismo en el llano o entre lomas, en el campo o en la ciudad.
En Vega del Jobo, intrincado paraje rodeado de elevaciones que traspasan los mil metros, en plena Sierra del Purial, macizo montañoso con epicentro en el municipio guantanamero de Imías, hace poco pude constatar algunos de esos platos, muchos de ellos oriundos de las zonas campesinas de Guantánamo, y por lo tanto casi desconocidos en la práctica para los nacidos y criados en áreas citadinas.
Según Rufino Gámez Cobas, uno de los más populares cocineros de la ya nombrada comunidad imiense, cada uno de los preparados alimenticios que allí pude observar durante una reciente exposición, se hacen por lo general para fiestas o fechas especiales, aunque algunos por la facilidad de su preparación y abundancia de los ingredientes en las cercanías, logran tener una presencia estable en los calderos caseros.
Ejemplo de esos manjares más cotidianos entre los pobladores de Vega del Jobo, son los enchilados de jaiba y de camarones, el arroz con jaiba y con camarones, el dulce de mango, el bacán perdido (se elabora con plátano verde, carne preferente de cerdo, leche de coco, colorantes y condimentos, con un proceso similar al tamal pero cocidos envueltos en hojas de plátano) y la tulanga (yuca rayada y cocida a la que le suman bacón y se prepara como fritura).
Otros se ven menos, como es el caso del enchilado de camarones con guapén y leche de coco, o el coquíriqui (coco todavía nuevo que se raya o muele, y se cocina con otros ingredientes). Lo que eso si, siempre de acompañantes habrá sobre la mesa distintas frutas (predominio allí de la piña, el mango, el platanito, el albaricoque) y un buen buche del aromático café que ellos alternan con el cultivo del cacao como principales sostenes de vida.
Aquí va una pequeña muestra visual de algunos de los platos que el Loren y yo hace poco pudimos ver y hasta saborear durante el Festival de Juegos Tradicionales del Plan Turquino, que tuvo recientemente sede en ese entorno, ubicado a 127 kilómetros de la ciudad de Guantánamo.