Por Adriel Bosch Cascaret
El déficit de materiales indispensables para la enseñanza, los entrenamientos y competencias territoriales, la insuficiente superación de la fuerza técnica y el incumplimiento pleno del programa de preparación del deportista en la base, fueron algunos de los problemas que afectan al béisbol guantanamero señalados aquí durante un “análisis interior” del pasatiempo nacional.
Durante la reunión, realizada en el teatro del Centro de Alojamiento de Atletas, de la Ciudad Deportiva, se expusieron asuntos inherentes al cuidado y mantenimiento de los terrenos y la falta de uno en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Rafael Freyre y las carencias del sistema competitivo provincial, en parte por la deficitaria infraestructura de locaciones beisboleras adecuadas.
Leiser Osorio, entrenador del municipio de Imías con más de 30 años de experiencia, abogó por el rescate de los beisbolitos: “Al menos, debía existir uno en cada municipio -hay tres en todo Guantánamo- porque en las edades escolares es que se forma la base, y en muchos barrios no hay espacios para jugar, se necesitan terrenos para ello”.
“En la EIDE tenemos muchos deseos de trabajar, pero por ejemplo este año además del hecho de no poseer un terreno en la escuela, nos ha golpeado la falta de pelotas, y sin eso no se pueden esperar resultados. El deportista se hace en la práctica, en el juego”, alegó en esa misma cuerda Francisco Acosta, reconocido preparador, y agregó “sin grandes resultados en las categorías inferiores, estos no pueden esperarse en las de mayores”.
Por su parte, el campeón mundial y gloria del deporte guantanamero, Andrés Pilotaje Telemaco, expresó: “Nosotros tenemos calidad en la provincia, lo que pasa es que no nos unimos. Debemos dejar las ambiciones personales para, entre todos, apoyar al que se encuentra dirigiendo o desempeñando otra función. En la unión está la fuerza para salir adelante”.
Los planteamientos de las glorias deportivas, entrenadores y directivos -faltó la presencia nutrida de los atletas, protagonistas sobre el terreno, cuya opinión es imprescindible- se encaminaron, además, a la particularización del trabajo en la base a partir de las potencialidades de cada territorio, los problemas en la dirección de los conjuntos, la necesidad de la superación constante y de la aplicación de la ciencia para mejorar resultados.
Se subrayó el imperativo de ser justos en las evaluaciones de los entrenadores para evitar desmotivaciones y, por otro lado, trabajar de forma más diferenciada con los atletas en todas las categorías, para saber dónde viven, cómo viven, con quién se relacionan, y poder fortalecer su atención y el trabajo político-ideológico para evitar las deserciones.
En la reunión también se aprobaron las proyecciones de trabajo del béisbol en Guantánamo, entre las que se destacan la inclusión, dentro del sistema competitivo del territorio, de campeonatos de base para las diferentes categorías que superen los 25 juegos, continuar profundizando la alianza estratégica con la Educación Física para darle salida al béisbol como motivo de clase y la reorganización de la fuerza técnica de la EIDE y la Academia en busca de mejores resultados a todos los niveles.
Para potenciar la base
En nombre de la Dirección Nacional de Béisbol, Luis Daniel del Risco, jefe de reglas y arbitraje, explicó las intenciones de adecuar la infraestructura material del país en cuanto a la pelota para potenciar el trabajo en la base, con el establecimiento de contratos directos de las provincias con la industria, y la asignación regulada de guantes, pelotas y otros implementos dirigidos directamente a los municipios y áreas deportivas -excepto las zapatillas con la que se tienen limitaciones, por ser importadas.
“El dinero que actualmente reportan las contrataciones en el exterior se utilizará directamente para comprar recursos para la base. Por lo pronto, esperamos adquirir una máquina de pitcheo para cada provincia -cuesta de tres mil a cinco mil dólares-, y en agosto asignar a cada EIDE, 200 pelotas para iniciar el curso, y darle 100 más en octubre”.
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Por Adriel Bosch Cascaret
Foto: Gerardo Cesar Terrado
Con la participación de las principales autoridades de la provincia y de cientos de personas, en la tarde de este 18 de septiembre fue abanderado en el parque José Martí, el equipo de Los Indios Guerreros del Guaso que representará a Guantánamo en la 54 Serie Nacional de Béisbol.
En el abanderamiento, presidido por Dennis Legrá Azaharez, Primer Secretario del Partido en la provincia, y Nancy Acosta Hernández, presidenta de la Asamblea del Poder Popular a igual instancia, Robert Luis Delgado Bueno, capitán del plantel, leyó el compromiso de los 32 peloteros que lo integran y los ocho de la reserva, a ser fieles cumplidores de los reglamentos de cada de una de las instalaciones por las que pasen, a respetar las decisiones de los árbitros, y a tratar de dar un buen espectáculo en nombre del pueblo guantanamero.
La bandera que identifica al equipo de Guantánamo, durante la ceremonia de entrega, fue portada por las glorias deportivas de la pelota local Roberquis Videaux, Ariel Benavides, y Wilfredo Hernández, quienes la depositaron en manos de Legrá Azaharez y Acosta Hernández, y a su vez estos últimos la cedieron al jugador José Ángel Daudinot, abanderado del team.
Gaspar Sotolongo Pérez, director de deportes en el territorio, afirmó que la preparación de los Indios en esta ocasión fue catalogada de satisfactoria en los aspectos técnico-tácticos, físicos, psicológicos y político-ideológicos, y llamó a preservar la disciplina dentro y fuera del terreno y mantener el juego colectivo y la combatividad.
En la actividad también se hizo alusión a la conmemoración ese mismo día del aniversario 34 del vuelo de Arnaldo Tamayo Méndez al cosmos, primer latinoamericano y único cubano en lograrlo, hecho que durante años formó parte del logo de los equipos guantanameros en la Series nacionales, y se colocó una ofrenda floral en el monumento de Pedro Agustín Pérez.
Los Indios Guerreros del Guaso son dirigidos por segunda ocasión por Jorge Rubén Prevot Sánchez. Entre los hombres que integran la escuadra extremo oriental destacan los jardineros Giorbis Duvergel y Robert Luis Delgado, y lo integran ocho novatos. La edad promedio es de 24,2 años y tienen jugadores de todos los municipios de la provincia.
Por Adriel Bosch Cascaret
Foto: Blog Zona de Strike
El torpedero Yorlis Luis Rodríguez Díaz y el lanzador zurdo Ramón Ernesto Pérez Favier, son los dos guantanameros que alcanzaron la corona con el equipo cubano que esta semana se proclamó campeón del Campeonato Mundial de Béisbol para menores de 15 años, que acogió el estado mexicano de Sinaloa.
Los cubanos en el partido final, con sede en el estadio Teodoro Mariscal, de la ciudad de Mazatlán, derrotaron 6-3 a la escuadra de Estados Unidos, invicta hasta ese momento.
En el camino al título, Cuba tuvo que avanzar en el grupo eliminatorio C, el que lideró con cinco victorias sin derrotas (12-2 con Argentina, 12-2 con Venezuela, 12-2 con Australia, 30-0 con Lituania, y 21-0 Hong Kong), y en una segunda ronda donde perdió 2-10 y 2-5 frente a Estados Unidos y México, respectivamente, y logró garantizar el boleto finalista al doblegar 3-2 y 2-1 a Taipei de China y Panamá, por ese orden.
En el caso de los guantanameros, como expresan las estadísticas del sitio digital oficial de la Federación Internacional de Béisbol, Ramón se acuñó dos de las victorias de su plantel: la primera el 2 de agosto frente a Australia y la segunda en el decisivo choque del día 7 contra Taipei de China, logrando 11 ponches con solo una base por bola permitida entre ambos encuentros.
Por su parte Yorlis, regular en la mayoría de los juegos, al bate promedió para 263, con 5 hits en 19 turnos, un triple incluido. Dio un importante hit y anotó una de las dos carreras que dieron la victoria sobre Panamá.
Con su presencia, estos dos guantanameros lograron que nuestra provincia fuera una de las más destacadas en el aporte a la plantilla nacional, con igual cantidad que Santiago de Cuba, y solo por debajo de La Habana (5) y Villa Clara (3), todos esos, territorios con muchísima mayor tradición en el béisbol que los extremo orientales.
El resto de la escuadra cubana la integraron los receptores Luis Meneses, Dansel Douglas y Alfredo Fadragas, los jugadores de cuadro Lázaro Armenteros, Ernesto Martínez, Miguel Antonio Vargas, Ariel Díaz y Taylor Sánchez, los jardineros Mailon Alonso, Jonathan Machado, Carlos Pérez y Arthur Chapelle, y los lanzadores Adrián Morejón, Ángel Pablo Díaz, Pedro Portuondo, Leonidas Aquilar, Osvaldo Cárdenas y Argel Francia. La escuadra fue dirigida por Noel Guerra Cantero, quien tuvo en su equipo técnico al entrenador y preparador físico del Guaso, Francisco Acosta Pérez.
Como colectivo, Cuba fue segunda en bateo con 328 de average (por detrás de EUA, 353), tercera en picheo con 1.96 de promedio de carreras limpias (encabezó EUA con 1.62, seguido de Japón con 1.91), y primera en defensa con 964 de promedio.
Por detrás de la Mayor de las Antillas y de los estadounidenses, quedaron ubicados por este orden en la tabla de posiciones: Venezuela, Taipei, México, Panamá, Japón, Brasil, Argentina, Australia, Alemania, Italia, República Checa, Guatemala, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Hong Kong y Lituania.
En el Campeonato Nacional de Béisbol sub 15, Ramón Pérez ganó diez juegos con solo una derrota, promedió para 1.34 carreras limpias y ponchó a 80 bateadores; mientras Yorlis Rodríguez logró un average de 366, con 49 hits en 134 turnos al bate, de ellos siete dobles, seis triples, y un vuela cercas, con 14 carreras impulsadas.
En un parque de esta ciudad, un grupo de niños juegan alegremente al béisbol, hasta que a uno de ellos le dan un pelotazo y este, bate en mano, se dirige hacia el lanzador y con gesto desafiante lo enfrenta: “te voy a hacer igual que al pitcher de Villa Clara”.
Un hecho como este, que bien pudiera ser real o solo una excusa para darle vida a este comentario, es una de las disímiles consecuencias provenientes de un suceso tan desagradable como el ocurrido hace dos lunes atrás en el estadio Victoria de Girón de Matanzas, durante el desafío de la subserie particular entre el conjunto local y los actuales monarcas de la Serie Nacional.
Como es lógico, ahora se habla y mucho de lo ocurrido, que si el emergente yumurino y su furia desmedida e inexplicable, que si el pitcher villaclareño y sus bolazos tirados o escapados, que si los mánagers y su falta de previsión, que si el árbitro principal y la ausencia de orden y control en el juego, en fin, que si se buscan, se encuentran millones de culpables, porque esos sobran.
Y aunque la trifulca no vale la pena recordarla ni con palabras, sí considero oportuno abordar el tema de la violencia, que en los últimos tiempos se ha convertido en parte del público de nuestros espectáculos deportivos, y que en algunos casos, se transforman en el actor principal y el más aplaudido de la puesta en escena.
Diversos son los escenarios que se prestan para funciones de este tipo, un partido de fútbol, de béisbol o de baloncesto, por solo mencionar a los deportes preferidos de la afición del Guaso, pueden dar pie a episodios similares al que aconteció en Matanzas y que trajo consecuencias nefastas, no solo para los implicados, sino también para el movimiento deportivo cubano que vio empañada su integridad ante las cámaras que difundieron una y otra vez, las dolorosas imágenes que recorrieron el mundo.
Alguien me decía que en cuestiones de deportes actos de esta índole pueden llegar a ser incluso, hasta naturales, propios de una práctica que involucra la fuerza física con el fanatismo excesivo y el calor de la competencia, que por esta razón, la indisciplina es ante todo el principal desencadenante de dichas turbulencias.
Es cierto, cada acto violento proviene de conductas impropias, de la falta de orden y eso es lo que estamos obligados a combatir, sin embargo, no comparto la opinión de quienes piensan que las acciones violentas de los atletas pueden ser consideradas “normales”, amparados en el argumento de que no se le puede exigir lo contrario a aquellos que, por ejemplo, practican un deporte de combate.
A mi entender, un boxeador, un karateca, o un luchador, debe ser tan caballero como cualquier otro deportista, tanto dentro como fuera del espacio competitivo, independientemente de que se gane la vida dando puñetazos, patadas o revolcones a sus rivales.
El llamado debe ser enérgico, los atletas tienen que entender como si de una técnica más de entrenamiento se tratara, que con violencia no se anotan goles, ni se conectan cuadrangulares y tampoco se encestan canastas; los entrenadores deben asumir su responsabilidad; precisamos que los árbitros no le teman al papel del malo de la película; y a nosotros como aficionados nos toca salir de casa con la disciplina de la mano.
Hay que lograr con el ejemplo personal de los mayores, que nuestros niños, ya sean deportistas o no, aprendan a respetar a sus compañeros y que entiendan que acudir a la violencia física o verbal, es más un acto de deshonra que de valentía, porque quien pierde un partido es tan ganador como aquel que conquista la victoria, siempre y cuando ponga en práctica los principios del fair play o juego limpio.
No se trata de poner la otra mejilla, sino de evitar que alguien pierda la vista o se vea imposibilitado de alimentarse por aquello de que: ojo por ojo y diente por diente, es la mejor solución.
Por Adriel Bosch Cascaret
La falta de tiempo no me había dejado escribir, y aunque ya pasó una semana del bochornoso regreso de Cuba a la Serie del Caribe de béisbol, en este blog no podían faltar las consideraciones.
Hablar de la Serie no creo que ya pueda ayudar mucho. Yo respeto a Moré, y creo que el trató de escoger lo mejor posible según su criterio y el del cuerpo técnico de los Naranjas de Villa Clara, vigentes campeones nacionales y nuestros representantes en este retorno de la mayor de la Antillas a los clásicos caribeños de béisbol, después de 54 años fuera de un evento de la que Cuba fue fundadora.
Lo cierto, es que hubo ingenuidad, no se midió bien el nivel de los contrarios que armados hasta los dientes con lo mejor de sus ligas profesionales, incluyendo muchos jugadores que se desempeñan o pasaron por la gran carpa, van cada año dispuestos a llevar a sus vitrinas el trofeo del torneo caribeño y a sus arcas los premios en metálicos a los que Cuba como invitada no tiene ni remotamente el derecho a soñar.
Pero el meollo de nuestro mal desempeño no está en el hecho de que Villa Clara, bajo su viejo nombre de Azucareros, haya logrado ganar solo un juego gracias al brazo de Vicyo Odelín y una noche sin errores del resto de la tropa frente a Puerto Rico, mientras perdieron tres juegos ante Dominicana, México y Venezuela, este último enfrentamiento ganable sin lugar a dudas, aunque las victorias se ganan, no se merecen.
El meollo de nuestro mal desempeño está en el nivel real del béisbol que se juega en Cuba. Y no hablo de la calidad de los peloteros, pues muchos formados aquí, en nuestra maltrecha Serie Nacional, según llegan por cualquier vía a jugar en el extranjero y cogen el nuevo ritmo, lo hacen bien y son cotizados. No por gusto en la propia Serie del Caribe pudimos disfrutar del buen desempeño de cubanos en las demás novenas.
Hablo de la calidad en la forma en que se juega la pelota en Cuba, y la mala formación de la base. No es algo de lo que hablemos por primada vez, el primer post de este blog fue precisamente de pelota y de la necesidad de cambiar la estructura de la Serie casera.
Y cuando la dolorosa derrota en el Tercer Clásico Mundial, nos ampliamos a la urgencia de que los peloteros cubanos de forma legal vayan a otras ligas para adquirir experiencia y mañas jugando a otro nivel, con otras formas, además de poder echar algo de dinero en sus bolsillos; y también nos referimos a lo mal que se forma aquí la cantera: las categoría inferiores.
Nuestra Serie casera ¿jugando sobre la navaja?
Vamos por paso. Nuestra Serie Nacional se acerca más al romanticismo y capricho de mantener equipos representativos de cada provincia, que a la realidad de lo que nos urge para concentrar la calidad y levantar nuestro nivel.
16 equipos para once millones de habitantes es demasiado en grado superlativo, y más cuando las deserciones y salidas del país nos causan cuantiosas bajas en la las nóminas de los equipos, y solo pondré el caso de mis queridos Indios Guerreros del Guaso, que han visto irse a otros lares en los últimos años a sus cuatro principales lanzadores abridores (Colón, García, Elías, e Hinojosa), a su bateador más oportuno (Bailly), y ver sancionado por intentar fugarse al otro lado del mar, a su capitán (Cerse).
No miento, poder ir al estadio para apoyar a mi equipo local, me hace cada año vivir de cerca la gran pasión que es el béisbol para casi todos los cubanos, pero estoy conciente de la mala calidad actual de mi novena.
A lo mejor lo que hay es que acortar la Serie Nacional, y luego hacer otra especial con solo cuatro equipos integrados con lo mejor de todo el país, incluyendo técnicos y especialistas, así a lo mejor levantamos algo.
Si se dice que el béisbol internacionalmente se está moviendo a una velocidad y bajo parámetros para los que ya estamos desfasados, que esperamos para no solo para mandar peloteros allá, sino para recoger gran parte de los entrenadores y directores con buenos resultados que tenemos colaborando en otras naciones. Cuando se está tan mal en casa no se puede estar pensando más en la mejoría del vecino que en la propia.
La Comisión Nacional con los recientes cambios en la Serie Nacional demostró que se dieron cuenta de que había que variar, pero todavía no llegan a la raíz. Deben apretarse los pantalones y transformar de verdad nuestra liga del patio, sin miramientos mientras sea por una mejor salud de nuestro béisbol, aunque con Higinio al frente, esas modificaciones reales creo que no las veré llegar, creo.
Aquí va mi modesta propuesta: Una primera etapa de la Serie de forma Zonal: Oriente, Centro y Occidente en un todos contra todos a tres juegos. De ahí sacar dos equipos que escojan hasta 10 refuerzos de los otros eliminados por su región.
Con estos 6 hacer un todos contra todos a dos vueltas de tres juegos, de ahí los cuatro mejores a semifinal de siete juegos a ganar cuatro, y una final con igual cantidad de juegos.
Ahí se mantendrían los románticos 16 equipos. Una vez terminada la Serie se confeccionarían los cuatro equipos regionales que irían a liga especial a dos vueltas de cinco juegos. Los dos mejores jugarían la final de esa Serie especial. ¿Qué creen? Y por favor no digan como mi hermano Raúl del Pino que dice ya no creer en nada. Discrepen y den sus propuestas.
Buscar un norte
Nuestro norte magnético en el béisbol es mirar para donde mejor se hacen las cosas actualmente, pero paradójicamente ese lugar si está al norte pero allá no podemos mirar gracias al bloqueo de EUA que nos impide poder establecer canales legales con las Grandes Ligas (aclaro que me refiero con mirar a hacer acuerdos institucionales, pero si debemos y queremos ver jugar a lo mejor sin miedos televisivos a poner los equipos donde los cubanos que han desertado o se han marchado se desempeñan).
Entonces, tenemos que buscar el norte en otro lugar, y eso lo representan las distintas ligas profesionales de Venezuela, México, Puerto Rico, Dominicana, Japón, Korea, y cuantas con buen nivel u otra forma de jugar existan, solo así podremos traer a casa las formas, mañas, técnicas, y tácticas que se mueven a nivel internacional, sin contar que la posibilidad de ganarse algo de dinero sin renunciar a nada, estimulará la permanencia aquí de los nuestros y frenará un poco el éxodo.
Además, sus pequeños aportes de lo que ganen, que debe ser una cantidad justa y no abusiva como suele ser, se podría emplear en el desarrollo del propio béisbol, en la compra de accesorios y en la atención a los atletas y a las generaciones en formación.
Sin base no hay superestructura
Claro que esa lógica se aplica a la economía política pero lo viene como anillo al dedo al deporte y a casi todo en la vida. Cuantas veces hemos visto a nuestros equipos ya sea en la serie Nacional o en torneos foráneos perder por correr mal las bases, no tirar o batear hacia donde debían, no lograr tocar la bola con efectividad, entro otros errores tácticos y técnicos.
Si se mira hacía la formación de peloteros en las categorías inferiores ahí mismo uno descubre donde está el problema. No se puede practicar y saber hacer con naturalidad lo que no se aprendió bien en las edades iniciales.
Para lograr esa atención real a las categorías infantiles y juveniles, se debe comenzar por poner buenos especialistas a atenderlos, entrenadores que puedan mostrarles el ABC del béisbol actual (vuelvo a mirar hacia lo que tenemos colaborando afuera, porque los de adentro conocen el viejo ABC del béisbol cubano sin mucho de lo nuevo), y lograr reales mecanismos de captación que vayan a los barrios citadinos y rurales buscando prospectos.
En esta misma cuerda se debe dar mayor atención a las ligas escolares y juveniles en cuanto a implementos y accesorios deportivos (he visto finales de torneos municipales en Guantánamo donde los dos equipos juegan con los mismos guantes por posición, petos, los mismo dos cascos y bates y tres pelotas, y los muchachos jugando vestidos y calzados de acuerdo a la posibilidad económica de sus padres. Así no podemos hacer la guerra); y organización de los propios torneos donde topan y a la concentración de la calidad desde esas tempranas edades, para darle a los mejores un especial cuidado (incluyo alimentación y estímulo moral).
Aquí trato de poner algunas ideas sin mucho orden, aproveche una pequeña brecha de tiempo y trate de aglomerar pensamientos en un post, a lo mejor sin tanta profundidad estadística o conceptual, pero si devenida de la poca experiencia de alguien que sigue y vive el béisbol, que lo siente como pasión propia y que sufre cada caída de nuestro béisbol frente al mundo, por desgracia tan usuales en los últimos años.
Cambio de mentalidad y de prácticas, hacer sin miedos, sin ideas de cerco, de ataque, pensar solo en el desarrollo, en el avance, en crear un futuro cierto, solo así veremos luz al final del camino.
Termino por ahora de hacer leña de un árbol caído al que que todavía no se le ven retoños.