Trabajo especial que publicó el periódico Venceremos en su versión impresa esta semana relacionado con el 14 de Febrero, Día del Amor y la Amistad. Como el sitio web anda inhabilitado tomo mi blog como plataforma de lanzamiento de este reportaje, primero que sale del grupo creativo que formamos los periodistas jóvenes de este medio para tocar temas más cercanos a la juventud guantanamera.
Por Annaliet Sourt Alvarez y Cecilia Vega Elías
El vestido blanco, las miradas de pose para las fotos, el sí quiero, como en las películas, la fiesta, la idea de vida juntos, el cake…, todo forma parte del imaginario popular del matrimonio, pero esa institución es mucho más que eso.
A pesar de que más de un ideólogo de la postmodernidad le presagió la muerte, la suya y la de la pareja como hasta ahora la conocíamos, las estadísticas confirman que el matrimonio entre los jóvenes sigue siendo, para muchos, una apuesta, la expresión, si no cumbre, al menos más formal del amor.
¿Te quieres casar conmigo?
En el tema de los matrimonios, hay de todo. Para algunos, sobre todo, las mujeres, es el cuento de hadas, otros le apuestan por la formalidad de la firma y la seguridad legal que brinda, y más de uno lo cree innecesario: solo un papel.
Próximos a cumplir su tercer aniversario de boda, Dania Dolores Vega Toirac y Yosmel Duani Sarmiento, aseguran que casarse fue su muestra sublime de amor, y la forma de reafirmarlo ante la sociedad y la ley.
“Siento que la gente de este siglo tal parece que ha olvidado el significado de ese sentimiento y cómo expresarlo. No ves entusiasmo por preparar el matrimonio a no ser que haya pretensiones materiales de por medio, como quien dice más pudo el interés…”, considera Dania.
La experiencia de Dianelis Morales Aquiles es diferente. La joven mantiene unión consensuada desde el 2012, de la cual nació su pequeño Lian Carlos.
“Soy romántica y conservadora, y la verdad estoy a favor del matrimonio, pero creo que la propuesta debe nacer del hombre, como en las películas. Si no sucede, no debemos desalentarnos, solo hay que amar más”, confiesa, en evidente espera de la iniciativa de su pareja.
Si bien las mujeres tienen diversos criterios, los hombres no son la otra cara de la moneda: el dinero de la boda, los gastos de la fiesta, si a la larga no funciona, el divorcio también cuesta, ¡y qué decir de la división de bienes!
Casarse de papeles, dice Norberto Rial Godoy, no está en sus planes inmediatos ni futuros: “Mucha gente se casa y, al poco tiempo, rompe, mientras otros pasan su vida conviviendo juntos, la boda no significa más amor ni seguridad”, alega convencido.
Los colores del “sí”
La unión institucionalizada de la pareja ha mutado notablemente desde que fuera documentada por primera vez en la Mesopotamia del año 4 mil a.C, cuando el pacto se dejaba por escrito en una tablilla donde, además, se establecían los derechos y deberes de cada cual, el dinero que obtendría la mujer en caso de ser rechazada y el castigo por infidelidad.
“El matrimonio ha cambiado, sí, pero hay cosas que se mantienen. Si me preguntas mi criterio, creo que es un paso conveniente para las personas que ya han decidido pasar su vida juntos”, comenta la notaria Niurka Powel Jonson.
La unión legal del hombre y la mujer, base de la familia, célula fundamental de la sociedad, “se constituye sobre la base de la igualdad de derechos y deberes de ambos desposados y, una vez casados, se crea una comunidad matrimonial de bienes”, explica.
Por su parte, Lorains Urruchaga Simón, trabajadora del Registro Civil de Caimanera, abunda que en una relación consensuada, preferida por los jóvenes antes que el matrimonio formal, pueden surgir complicaciones legales.
La especialista también aclara que, en Cuba, solo tienen efecto legal las uniones que se realizan por la vía civil, de modo que es recomendable a quienes realizan la ceremonia por la iglesia, también lo hagan ante notario.
“Un matrimonio brinda los derechos necesarios para que el contrayente, por ejemplo, en caso de muerte del otro, reciba una pensión por la Seguridad Social, permite la calificación en la práctica del derecho de viudez, y los niños nacidos dentro de la unión legal se reconocen judicialmente como hijos de ambos cónyuges”, expone.
La cifra de matrimonios formalizados entre el 2004 y el 2014 no tuvo variaciones sustanciales. Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en la provincia las uniones durante el 2015 superaron las 2 mil 100.
Se mantiene un aproximado de tres a cuatro bodas por cada mil habitantes. Los divorcios fueron más de la mitad del total de bodas en ese período.
Puntos de vista
“Años atrás el matrimonio era mediado por patrones culturales heredados. Durante muchos siglos, fue obligatorio y casi siempre por conveniencia, al punto de que era impensable una unión fuera de ese marco. Hoy, las personas lo ven desde otra perspectiva”, explica Emilio Viel Fajardo, profesor de Psicología de la Universidad de Guantánamo.
“En los jóvenes este proceso es complicado, todavía no alcanzan la madurez psicológica necesaria para trazarse un proyecto de vida adecuado, por lo que los padres suelen enjuiciar sus decisiones provocando enfrentamientos y arrastrándolos en ocasiones al casamiento o a la ruptura de este”, refiere el especialista, quien asegura que la familia debe tener una visión más amplia del matrimonio e inculcárselo a los hijos desde las edades tempranas.
Los estudios de familia demuestran que en Cuba las personas -principalmente jóvenes- prefieren vivir juntos antes que establecer una unión formalizada. “Experimentar relaciones de parejas es fructífero para el desarrollo personal, sexual, psicológico y social. Pero antes de llegar a la firma del documento es necesario tener las condiciones de vida adecuadas.
“Generalmente un matrimonio apresurado termina en separación y con hijos de padres divorciados. Esto no quiere decir que sea un esquema, y mucho menos que se haya perdido el amor, el amor nunca se acaba, pues es un sentimiento superior que nace con las personas, se forma y desarrolla. Cada cual tiene una forma especial de amar, que aprende en el proceso social, con la familia o en el camino de la vida”, concluyó.
Bodas y precios
El trámite para el casamiento de dos naturales cubanos es relativamente fácil, explica Nairobi Raymond La Rosa, cartularia de la Unidad Notarial Guantánamo costo y documentación necesaria.
Si el trámite se realiza ante el notario, en las oficinas que existen en cada municipio, se requiere presentar Carné de identidad, un sello de cinco pesos en moneda nacional, si son divorciados la certificación de divorcio, 25 pesos en efectivo y dos testigos mayores de edad y que no tengan lazos de consanguinidad con los cónyuges.
El servicio, explica, se solicita y se reserva una fecha posterior para la formalización del matrimonio que es libre y voluntario, y puede realizarse en las propias instalaciones de justicia o donde lo soliciten los interesados.
Pueden contraer esa unión legal los hombres y mujeres mayores de 18 años, y en el caso de que sean menores de edad, solo con la autorización de ambos padres.
También, pueden casarse ante un registrador del Registro Civil, para lo cual se requiere el documento de identificación y la certificación de divorcio en caso de serlo. Esta vía es inmediata y sin costo alguno.
Claro que, lo más difícil y al mismo tiempo gratificante, viene después.