Por Jessica Elías Domínguez y Giselle Figueras Peña
A propósito de las actividades realizadas en la provincia de Guantánamo, en el marco del Encuentro de Jóvenes Titiriteros Titereando en la cuidad, Venceremos conversó con Alfredo Payán director de una de las compañías invitadas al evento, la mexicana Maika Teatro.
¿Cuáles fueron sus primeras incursiones en el teatro de títeres?
Yo estudié Comunicación y Artes escénicas, en el segundo año de Artes abrieron en la carrera una optativa relacionada con la animación, y desde entonces me encantaron las marionetas. En ese mismo año se realizó el Festival Internacional de Guadalajara, El festín de los muñecos, y presentaron una obra de Fernan Cardama titulada La vuelta al mundo en 80 días, a partir de ahí me fui adentrando más y decidí tomar talleres de animación.
Pero sin darme cuenta los títeres estuvieron siempre conmigo, porque desde pequeño mi madre me llevaba a ver funciones para niños. Desde entonces jugaba a que era director de teatro, creaba la escena con alambres, papel y servilletas, y como no tenía actores utilicé los títeres.
Luego probé muchas cosas, fui productor de canales de televisión, en radio para niños, pero llega un momento en la vida en hay que escoger el camino a seguir. Y escogí el teatro de títeres porque lo disfruto y a demás es una forma de rescatar la cultura de mi país, que esta siendo acabada por la gran influencia de Estados Unidos.
¿Por qué se crea Maika Teatro?
Maika se crea porque un grupo de estudiantes buscábamos realizar un proyecto de teatro musical de títeres, pero por la complejidad del trabajo y la falta de financiación nunca se concretó. Entonces algunos decidimos aplicar para una beca del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), con proyecto de talleres de títeres para niños y jóvenes.
Afortunadamente, obtener la beca nos permitió hacer nuestra primera obra El puente que construyó el diablo, con ella hicimos varias presentaciones y talleres en comunidades rurales alejadas, donde muy pocas veces hacen este tipo de espectáculo.
Hasta ese momento no teníamos nombre, pero en uno de los ensayos viendo una revista, descubrimos el nombre de un volcán ya inactivo cerca de la cuidad de Durango, su nombre Maika, en lengua náhuatl significa “vamos a casa” y así decidimos ponerle al grupo.
¿El sello distintivo del grupo, cuál es?
Los que nos distinguen son los títeres, el teatro de objetos en distintas variantes, utilizamos también la narración oral y el teatro negro. Maika es un proyecto que se dedica a los títeres y a todo recurso que enriquezca la escena.
Teniendo en cuenta que el grupo ya se ha presentados en otros escenarios del mundo ¿Qué experiencias particulares se llevan del Titereando?
Venimos a Cuba porque nos motivó conocer otro país, la riqueza de otra cultura que es única en el mundo. Ha sido algo muy bonito, porque el arte es una necesidad, pero como no es algo material la gente no lo ve así y para muchos el arte no es una prioridad.
Con el auge del consumismo hoy en día los chicos pasan el día con los celulares, el facebook y los videojuegos, y absorbidos por la tecnología ya no desarrollan la imaginación.
Aquí vemos que se hace el teatro con demasiado esfuerzo, con pocos materiales; ver a tantas personas trabajando y tratando de hacer algo tan lindo nos inspira a hacer cosas nuevas. Lo más importante ha sido compartir nuestras experiencias, nuestras historias lo aprendido de los maestros.
¿Y de su estancia en la cuidad de Guantánamo?
Ha sido una experiencia hermosa aquí la gente tiene una vibra muy positiva, la cuidad es muy bella pero su gente lo es más.