Las industrias locales varias aprovechan los recursos de la localidad, crean puestos de trabajo y satisfacen necesidades de la población en Guantánamo.
Por Adriel Bosch Cascaret y Víctor Hugo Purón Fonseca
Fotos: Lorenzo Crespo Silveira
“Las chancletas de plástico de diferentes tamaños, los bolsos nailon y las escobas de guano son los artículos más demandados entre los que recibimos del taller de artesanía”, declara, solícita, Odalis Matos Aguilar, administradora de la unidad comercial 103, del poblado de Vilorio, en el municipio de Niceto Pérez.
La venta de sus producciones a la población en las propias localidades donde están ubicadas, es una de los objetos sociales de los 11 talleres artesanales de la empresa provincial de Industrias Locales Varias (VELISAS), como el aludido en el párrafo anterior.
El aprovechamiento de los recursos naturales de la localidad para satisfacer necesidades de la población de los propias comunidades, y crear nuevos puestos de trabajo caracterizan estas pequeñas industrias, donde se realizan creadoramente oficios y habilidades de utilidad práctica, explica Tania Cuevas Prudencio, especialista de producción de VELISAS.
Los artículos generados por las manos de los artesanos guantanameros en estos talleres son comercializados tanto en moneda nacional como en CUC, de acuerdo con las solicitudes y contratos entre la empresa provincial y las entidades encargadas de su puesta en el mercado.
Incluso, durante el año pasado estos talleres aportaron más de 15 mil pesos en moneda convertible (CUC), por concepto de exportaciones, en particular de cofres marqueteados, baúles, morteros, claves, maracas, juegos de doiles de fibras naturales y tallas en coco de avispas y pájaros.
También contribuyeron al plan de inversiones de la vivienda, al fabricar mesas, sillas, puertas, ventanas y cabos para martillos, artículos de madera que no sólo se comercializaron en Guantánamo, sino también a través de las empresas Universales de las provincias de Granma y Holguín, y con otras entidades de Santiago de Cuba y La Habana.
El de Vilorio, ampliado a un valor de 88 mil pesos, es uno de los cuatro talleres de la provincia que combinan los servicios de carpintería, soldadura, artesanía y confección textil. En el municipio hay otros en El Silencio y La Yaya, cabecera del término.
Inaugurado el 13 de agosto de 2010, en el establecimiento anteriormente ocupado por una dependencia de la empresa pecuaria Iván Rodríguez, laboran siete trabajadoras, diestras en artesanía y confecciones, aunque actualmente carecen de personal capacitado para carpintería y soldadura.
El año pasado cumplieron al ciento por ciento su plan en valores, al producir por 134 mil 500 pesos, de acuerdo con la administradora Oneida Castillo Mustelier, también tapizadora, quien precisa que durante 2012 deben lograr 140 mil pesos.
Las líneas actualmente asumidas por las esforzadas féminas de Vilorio incluyen tapicería, chancletas, sábanas, billeteras, servilletas, pantalones, camisetas, piezas decorativas con naturaleza muerta, bolsos de sacos de nailon y jabas del último material y escobas de guano, entre otros.
Para la realización de muchos de estos trabajos las propias artesanas recolectan en los campos cercanos materiales silvestres, como semillas y hojas secas de yagruma, pencas de guano, ramas para palos de escobas, cáscara de anacahuita y similares, para lo cual no siempre reciben con el transporte solicitado a la base de carga del municipio.
Otros materiales empleados, que son asignados a través de la empresa provincial, son limas, vinil, pigmentos, hilo, puntillas, tejidos, pegamentos y madera comprada a las empresas forestales de los distintos municipios.
“La labor en el taller requiere de creatividad, esfuerzo, sacrificio, y el sistema de pago es el adecuado para nuestra actividad, pues depende del cumplimiento del plan; se incrementa el salario si se sobrecumple, y se penaliza si se incumple”, explica la administradora.
La disponibilidad de envases y embalajes para la presentación y comercialización de sus producciones está entre los problemas que aún debe resolver VELISAS, lo cual es un elemento estético cuya falta se advierte en la oferta de esta entidad.
La mayor satisfacción para la administradora del complejo de Vilorio es que los productos elaborados por el colectivo son vendibles y aceptados por la población, como señala la administradora de la tienda del poblado, y que se comercializan también a través de la empresa Universal Mayorista en Guantánamo.