El municipio de Niceto Pérez aumenta su entrega, aunque directivos y productores afrontaron afectaciones con el pienso previsto.
Por Víctor Hugo Purón Fonseca y Adriel Bosch Cascaret
Fotos: Lorenzo Crespo Silveira
El 83 por ciento de la carne de cerdo entregada para el plan de la empresa Porcina provincial durante el pasado año provino de las 220 mil 196 cabezas de precebas, incluidas en los convenios con productores de esta actividad en la provincia.
Por su parte, las cebas terminales también incluidas en convenios suministraron el 14 por ciento, lo cual contribuyó al cumplimiento de las cuatro mil 482 toneladas de carne previstas por Porcino para el 2011.
Al destacar el rol de estos acuerdos en la consecución de los planes, Yoelvis Torres Borbón, director técnico y de desarrollo de la entidad porcicultora guantanamera, destacó que los referidos a precebas ofrecen más seguridad como primera fuente de cumplimiento, en lugar de la compra de animales de traspatio.
Actualmente existen más de nueve mil 675 animales en 104 convenios al destete, y 509 cabezas en 201 de reproductoras, y se prevé incluir en estas modalidades durante el presente año unas 20 mil precebas, informó el funcionario.
Sobre esa base se incrementó a cuatro mil 90 el plan de carne de la entidad para el 2012.
Durante el mes final del año la entidad tuvo dificultades con la entrega del maíz, como componente de la fórmula, establecido para los productores en convenio, aunque a la postre se cumplió en el pienso, precisó Torres Borbón.
Con tres mil precebas en 27 convenios, el municipio de Niceto Pérez es uno de los que cumplió y sobrecumplió sus planes porcinos en la más reciente etapa.
El aporte de la localidad durante 2011 fue de 384 toneladas de carne, de las 247 planificadas.
Sólo en el mes final del año entregaron algo más de 37 toneladas, de 22 planificadas, sobre todo por el desempeño de los productores adheridos a las diferentes modalidades de convenios con la empresa.
Durante el corriente año han previsto acopiar no menos de 340 toneladas de carne cada mes, como resultado de los convenios.
De acuerdo con George Creagh Rodríguez, director municipal de Porcino en esa localidad, cuentan también con 206 reproductoras y un centro de monta con 17 machos.
Transmite que el principal problema con los productores es el alimento que se debe entregar, pues “nunca se vende en tiempo el total acordado en el convenio, y eso atrasa los puercos, de manera que en este momento hay deuda de pienso con algunos”, asegura.
Porcino no pone el macho y la comida aquí, como debe
El productor Pedro Monner Reyes, de 71 años, se precia de ser un buen agricultor, porque “cumplo mis compromisos y entrego lo que debo”.
Campesino desde muy joven, entregó el año último cerca de 40 toneladas de carne, en sendos convenios de 120 y 200 cerdos recibidos al destete.
Este usufructuario de una caballería de tierra para ganado vacuno y porcino, por el Decreto Ley 259, en las cercanías del poblado de Vilorio, tiene ahora a su cargo 200 precebas.
“Los primeros me salieron como promedio a 104 kilos de peso, pero la inestabilidad con el pienso ha sido mucha y golpea”, aprecia.
Adelanta que ahora hay pienso y espera que continúe así cada mes, porque el fallo con el alimento ha disgustado a otros productores, aunque no a él, porque gestiona.
“Pero Porcino no pone el transporte para cargar nada hasta aquí, ni los puercos, ni el pienso, si bien la empresa ha suministrado otros recursos diversos, y a mí me dio 10 bolsas de cemento para la fabricación de las cochiqueras”, relata.
Monner se estableció en estas tierras hace cuatro años, durante los cuales ha ido fomentando prestigio como buen productor.
En su condición de ganadero, cuenta también con 25 cabezas de vacuno, actualmente con cuatro vacas en ordeño, de las cuales entrega diariamente unos 20 litros de leche para la industria.
Ha sembrado king grass en las inmediaciones, donde también fomenta una ceba de dos centenares de pollos giroplateados y camperos para carne.
“Estoy tratando de resolver un molino para producir forraje, y que me completen la extensión de tierra, para poder sembrar más alimentos y ampliar la masa, porque en realidad sólo tengo acceso a utilizar seis caroes de la caballería que se me otorgó, y la delegación de la Agricultura en el municipio ha sido morosa en resolverlo”, dice Monner.
Por último, asegura que se dedica a la porcicultura porque le gusta y ve resultados, aunque la actividad exige sacrificios y dedicación todo el tiempo, y cumplir con disciplina y organización la atención a la masa.